Corría el año 1969, cuando la primera generación de emprendedores de la familia, venida de la sierra albaceteña, decide adquirir “El ventorro Malanoche” una venta ubicada a las puertas de Albacete que acogía a los viajantes que venían en carreta a comercializar sus productos. La familia visita la venta y decide comprarla para afincarse definitivamente y convertirlo en el negocio familiar que ya va por la tercera generación.
Los abuelos pronto introdujeron la venta de vino a granel y de productos de matanza de elaboración propia como otra de las fuentes de ingreso, a parte del hospedaje de viajantes que acudían a encontrar cobijo en sus desplazamientos a la capital.
El negocio empezó a prosperar, adquiriendo estos productos de orza gran popularidad, sobre todo el lomo.